Masaje Relajante
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Optar por un masaje relajante puede ser una solución más que beneficiosa para aquellos pacientes que necesitan paliar molestias producidas por el agotamiento, ya sea mental o físico. El objetivo de este tipo de masajes es relajar los músculos del cuerpo mediante la aplicación de una presión de manos sobre las diferentes zonas del cuerpo. Así, el profesional ejercerá presión sobre las zonas afectadas por la tensión o el cansancio durante una sesión que suele variar entre los 30 y 45 minutos para conseguir que aumente la serotonina y la dopamina, neurotransmisores que se encargan de regular el ánimo, para así combatir la fatiga muscular y el estrés.
Los deportistas conocen la necesidad de acudir a su masajista para realizar una sesión tras realizar ejercicio, pero, desde ya varios años, son muchos los usuarios que por causas de estrés en su vida diaria acuden a los diferentes centros especializados en busca de este tipo de masaje para mejorar dolencias, trastornos físicos o mejorar su descanso durante las horas de sueño.
Un buen masaje relajante ayuda a activar la circulación, elimina las tensiones y las contracturas musculares, mejora la elasticidad de la piel y alivia la sensación de estrés general.
Para realizar este masaje de manera correcta el profesional debe practicar movimientos suaves y poco profundos sobre el cuerpo del paciente, previamente tumbado en una camilla. Los movimientos fuertes y bruscos no se utilizan durante estas sesiones ya que están relacionados con otro tipo de dolencias ligadas a masajes de tipo terapéutico. Es muy importante trasmitir esa sensación de tranquilidad, por ello la sala donde se realice el masaje debe estar a temperatura ambiente y, si se quiere, añadir elementos que estimulen otros sentidos como el olfato o el oído.
El resultado tras la sesión es una mayor sensación de bienestar general que ayudará a que el día a día se afronte con optimismo y vitalidad.
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